Día 22
Al despertarme está mañana, pensaba que iba a ser un día sin mucho que contar, pues se trataba de ir de Katakolo a Delfos, un día de traslado sin más, pero se ha convertido en un día super especial también.
El desayuno en la terraza del estudio, nosotros solos y a nuestro aire, ha sido una maravilla. Mientras desayunábamos ha venido Xara nuestra anfitriona.
Xara es una de esas personas que te transmiten buena vibra desde el primer momento, risueña y atenta en todo momento. Nada más vernos, surgió un feeling entre nosotras de entendimiento, pues las dos chapurreamos el inglés al mismo nivel más o menos, y todo fueron risas. Nos hemos convertido en las Queen, jajaja. Es una persona realmente encantadora, y aunque no nos veamos nunca más, sé que vamos a estar en contacto siempre.
A parte de llevar los apartamentos, tiene su huerto y cultiva frutas y verduras que luego prepara en conserva, y los ofrece para vender a los inquilinos. (Nosotros le compramos la botella de vino blanco que tomamos en la cena de la primera noche).
Mientras recogíamos las maletas,me ha regalado un bote de uvas en conserva. Para mí ha sido un regalo muy especial, nos hemos dado un abrazo y nos hemos despedido con mucha pena. No descarto volver algún día porque hemos estado como en casa.
Vamos a visitar Katakolo, pero no hay gran cosa que ver, solo un paisaje de ensueño por lo que paseamos por el puerto un ratito antes de salir para Delfos, nos esperan 3 horas y media de coche.
Para pasar del Peloponeso a Grecia Central por su parte más occidental hay un puente cerca de la ciudad de Patras. Su nombre es Puente de río -Antirio, situado entre las localidades de Río y Antirio. Gracias a esta mega obra de ingeniería, se facilitó mucho la comunicación entre las dos regiones ya que antes solamente era accesible con transbordadores o por el estrecho istmo de Corinto. Su longitud es de 2252 metros, la anchura de 28 metros, y está formado por cinco tramos de cable. La construcción inicial comenzó en 1998 y el puente fue inaugurado el 7 de agosto de 2004.
Cruzamos previo pago de 15 euros y unos kilómetros más adelante paramos a hacer unas fotos del puente, el nombre de ese pueblo si me acuerdo, es Platanitis, nos hizo mucha gracia el nombre, pero ese pueblo no ofrecía nada interesante y seguimos camino hasta Monastikari, un pequeño pueblo costero donde paramos a tomar algo, pero nos gustó tanto que decidimos comer en una terraza juntos al mar, una típica comida griega. Deliciosa. Y después un chapuzón en el puerto, con el agua cristalina y una temperatura super agradable, para refrescarnos y seguir camino a Delfos.
Platanitis
Desde Platanitis, me despido del Peloponeso
Llegamos a Delfos al anochecer, y pronto fuimos al hotel, pensando en la visita al los Templos de Apolo y Atenea que nos esperaban al día siguiente.
Delfos al atardecer
No hay comentarios:
Publicar un comentario