Día 20
Mientras desayunamos, organizamos el día, porque no tenemos claro que vamos a hacer, barajamos 2 opciones. Una es quedarnos una noche más en el hotel, disfrutando de su piscina, la playa, e ir a visitar el palacio de Néstor o hacer lo mismo pero pasar la noche más cerca de Olimpia, que si o si, es la visita obligada de mañana.
Decidimos hacer la opción 2, y ahora mismo estoy escribiendo estas líneas sentada en la arena de la playa de Lagkouvardos. Y salimos hacia el palacio de Néstor.
Néstor era un legendario rey de Pilos. En la Ilíada aparece luchando con el bando griego en la Guerra de Troya junto a sus hijos, Antíloco y Trasimedes, siendo descrito como un valiente soldado y consejero a pesar de su avanzada edad.
Nos sorprende mucho el palacio ya que se conserva muy bien, su distribución y como estaba organizado, de hecho, vemos la taberna, con sus vasijas rotas pero perfectamente visibles.
Y al salir del museo, tiramos hacia Katakolon, parando a mitad de camino a comer en una zona libre de turistas. Nuestra siguiente parada es ... Olimpia
Llegamos sobre las 19,15 al alojamiento, y nos quedamos flipados, sabía que había reservado un estudio con vistas al mar, pero lo que nos encontramos superó las expectativas con creces.
Un estudio de 100 mts2 en un espacio diáfano para nosotros solos, rodeado de frondosa vegetación y el mar pasando la verja, un sueño.
Como a las 19,30 oscurece, bajamos corriendo a la playa y nos encontramos solos en una playa kilométrica, de arena fina (esto lo específico porque muchas playas son de piedras, guijarros, y son muy incómodas, la verdad), con el agua transparente y con una temperatura genial. Es una maravilla ver el atardecer y quedarte hasta que no hay mas luz que la de la luna (llena, por cierto), en el agua de una playa que no cubre por mas lejos que te vayas.
A las 22,00, nuestra anfitriona Xara, nos trae la cena, para degustarla en nuestro estudio, ensalada griega y doradas con verduras de su huerto, regado todo con un vino blanco de la zona, SKOUTAS WINERY. El nombre del vino es imposible escribirlo aquí, por lo que pondré foto.
Foto tomada a mitad de cena
Después, salimos a la terraza a escuchar el ruido del mar y disfrutar del entorno y nos hicimos amigos de dos gatos que parecían los amos y señores del lugar.
Nos sentimos muy afortunados de poder estar en un entorno así, nos fuimos a dormir super felices por el día vivido.
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